El gigoló de los dioses

El Monje Loco tuvo un hijo de su propia costilla, Luis Ernesto Valencia, a quien apodábamos el Gigoló de los Dioses , poeta, cantante y conferencista hasta cumplir sus diez años, cuando la chatarra de carreras del heladero infanticida Arne Krag lo alzó en la Avenida Colombia de Cali y del empellón nos lo puso en la eternidad. Han pasado 27 años y aún no hemos cumplido nuestra promesa de publicarle su obra. De mi similar tragedia no puedo hablar, pues se me tiene prohibido mencionar hasta el nombre que inventé para mi criatura. Este año harán 19 de que Gonzalo Arango, luego de dejar el cigarrillo, la carne, las hemorroides y la buena prosa del nadaísmo, dejó también la vida en la carretera de Tunja, ante el embate del Anticristo en forma de flota despepitada que le rozó la frente mientras dormía recostado contra la ventanilla de un taxi. Hace dos años fuimos a depositar sus cenizas en el cementerio de Andes, todavía en construcción, y no consta que se las hayan robado ni profanado. Pedimos a la Iglesia, al hacer la devolución del alma del Profeta , que fuera canonizado, pero parece que su santidad se quedará en obra negra.

Autor: Valencia, Luis Ernesto

Precio: $24,900